Una de sus señas de identidad es la premonición de la muerte. A partir de aquí hay una serie de características que varía según el testigo que relate la aparición o de la localidad de que se trate.

El portador de la cruz no puede en ningún momento volver la vista atrás, ni renunciar a su cargo precediendo La Santa Compaña; sólo quedará liberado cuando encuentre a otra persona que le sustituya, el cual pasará a tener las responsabilidades del primero: cargar con la cruz y el caldero sin remisión. La Santa Compaña obligará al que encuentren, a vagar junto a ellos todas las noches, portando una gran cruz y conduciendo la comitiva. También se cree que quien realiza esa "función" no recuerda durante el día lo ocurrido en el transcurso de la noche, únicamente se podrá reconocer a las personas penadas con este castigo por su extremada delgadez y palidez. Cada noche su luz será más intensa y cada día su palidez irá en aumento. No les permiten descansar ninguna noche, por lo que su salud se va debilitando hasta enfermar sin que nadie sepa las causas de tan misterioso mal. Condenados a vagar noche tras noche hasta que mueran u otro incauto sea sorprendido
Se dice que no todos los mortales tienen la facultad de ver con los ojos a "La Compaña". Elisardo Becoña Iglesias, en su obra "La Santa Compaña, El Urco y Los Muertos" explica que según la tradición, tan sólo ciertos "dotados" poseen la facultad de verla: los niños a los que el sacerdote, por error, bautiza usando el óleo de los difuntos, poseerán, ya de adultos, la facultad de ver la aparición. Otros, no menos creyentes en la leyenda, habrán de conformarse con sentirla, intuirla, etc.
Habrá una serie de indicios de la proximidad de la aparición como el olor a velas surgiendo de repente, o el espanto de determinados animales: perros, gatos, caballos... que según la leyenda pueden ver esos fantasmas por algún tipo de sensibilidad especial.
Las versiones más compartidas de por que las almas vienen a este mundo y andan por los caminos buscando a alguien son:
-Para reclamar el alma de alguien que morirá pronto.
-Para reprochar a los vivos faltas o errores cometidos.
-Para anunciar la muerte de algún conocido del que presencia la procesión.
-Para cumplir una pena impuesta por alguna autoridad del mas allá.
En el caso de encontrarte con ellos, debes hacer lo siguiente:
-Apartarse de su camino, no mirarles y hacer como que no se les ve.
-Hacer un círculo con la estrella de Salomón o una cruz dentro y entrar en él.
-Rezar y no escuchar su voz
-Llevar encima escapularios, objetos sagrados, ajos o castañas de indias.
-En último caso uno puede tirarse al suelo boca abajo y esperar
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